¿Cuánto cuesta un... US Navy SEAL?
Navy Seal, SAS y KSK. Tropas de élite que se han dado a conocer entre el gran público gracias al cine y los videojuegos y que, sin embargo, tienen sus orígenes en la flor y nata de los ejércitos en la vida real.
Se trata de tropas que han protagonizado algunas de las hazañas bélicas más sonadas de todos los tiempos, recogidas en los libros de historia militar y que han inspirado películas, libros y juegos de acción.
Una élite dentro de los ejércitos convencionales, cuyo entrenamiento físico y mental poco tiene que ver con los de un soldado regular. Las principales potencias militares conocen su importancia estratégica e invierten un considerable pellizco de sus presupuestos militares en 'mimar' a estas unidades.
Por ejemplo, Inglaterra gasta en sus fuerzas especiales, el legendario SAS, entre 2.000 y 3.000 millones de de libras al año . Una cantidad que equivale a aproximadamente a un 10% del presupuesto de su Ministerio de Defensa.
Sin embargo, este dispendio muchas veces resulta inútil para retener el talento militar de estos soldados. Durante las guerras de Irak y Afganistán, Estados Unidos y Reino Unido se han enfrentado a graves problemas a la hora de retener a estas tropas ultraprofesionalizadas entre sus filas.
Los ejércitos buscan contar con hombres capaces de acudir a misiones que las tropas regulares considerarían un suicidio. Para ello, llegan a invertir cientos de miles de euros, en ocasiones más de un millón, en su entrenamiento y preparación para situaciones extremas.
Los Navy SEALs estadounidenses
Con el lema: "El único día sencillo fue ayer", los Navy SEALs de los Estados Unidos son posiblemente la unidad de élite más célebre de todo el mundo. Un cuerpo que se catapultó a la fama mundial durante la Operación Neptune Spears en la que, presuntamente, liquidaron a Osama Bin Laden tras un asalto nocturno a su mansión en el noroeste de Afganistán. Una leyenda a la que también contribuyeron las hazañas de Chris Kyle, considerado uno de los mejores francotiradores de la historia y cuya vida queda recogida en la película American Sniper.
Más allá de las suspicacias sobre su papel en la muerte del que fuese el enemigo público número uno de los EEUU, lo cierto es que los Navy Seal han participado oficialmente en 21 campañas militares conocidas. Desde su bautismo de fuego en la guerra de Vietnam hasta operaciones de rescate de rehenes en la guerra civil de Yemen.
Sin embargo, al igual que ocurre en varios títulos de la mítica saga de videojuegos de Call of Duty, la mayoría de las operaciones en las que participan estos supersoldados son las denominadas Black Ops. Es decir, misiones encubiertas que oficialmente nunca existieron, y en las que los países no reconocen haber participado.
Unos soldados que, al igual que ocurre con la mayoría de las fuerzas especiales occidentales, resultan tremendamente costosos de formar y equipar. De media, la vida militar de cada uno de estos soldados cuesta a partir de medio millón de dólares del dinero de los contribuyentes, según explica el ex-Navy SEAL, Dick Couch, en su libro The Finishing School: Earning the Navy Seal Trident. Una cantidad que puede incrementarse en función de los cursos complementarios que haya cumplido cada soldado y del número de contratos finalizados en el seno de esta unidad.
El elevado coste de formación de estos soldados contrasta con un escaso salario, teniendo en cuenta el nivel de vida en los Estados Unidos. El sueldo medio de un SEAL, según los datos de la marina estadounidense, es de 54.000 dólares al año, 35.000 euros al tipo de cambio actual. Un salario equivalente al de un maestro de escuela secundaria en el estado de Texas.
En lo que respecta al equipo, éste varía sustancialmente dependiendo de la misión encomendada. Su importe, oscila entre los 25.000 y los 93.000 euros, según su precio de mercado, en función de la operación concreta y el rol que desempeña un determinado efectivo en el seno del comando. A modo de ejemplo, las gafas de visión nocturna de última generación que emplean en algunas operaciones tienen un coste de 65.000 dólares.